Limpieza de la casa: 5 reglas
Descripción:
Si quieres que la limpieza de la casa sea más liviana y rápida, te damos la clave: Organización.
Además de los os trucos infalibles para ahorrar tiempo limpiando. Os explicamos las 5 reglas de oro de la organización de la limpieza. Cinco pautas que no debemos olvidar cuando se trata de ponernos manos a la obra para dejar la casa reluciente.
“Cuidar tu Hogar es cuidar a tu Familia.”
Pasos:
Lo primero que debemos hacer es ordenar la casa antes de comenzar a limpiar. Recoger todos los objetos que pueda haber por el suelo o sobre las mesas para evitar así que nos estorben durante el proceso de limpieza. Especialmente si tenemos niños y nos encontramos con juguetes por el suelo. Una vez que esté todo organizado, nada interrumpirá la tarea.
Comienza por tareas que te permitan hacer otras a la vez. Es decir, pon la lavadora y el lavavajillas mientras limpias los azulejos o repasas el baño. Así serás multitarea y ahorrarás tiempo.
La regla de oro: siempre del interior de la habitación al exterior. Siempre os recomendamos que empecéis limpiando las ventanas y posteriormente vayáis yendo hacia dentro hasta terminar por las puertas y el suelo. ¿Por qué? Porque si dejamos las ventanas o la zona que las rodea para el final, la suciedad que genera limpiar esto manchará todo el suelo que hayamos dejado reluciente previamente.
De arriba a abajo. Esta es otra de las máximas que siempre recomendamos. Limpiar de arriba a abajo cualquier superficie conseguirá un efecto parecido al anterior: lo último que limpiamos es la parte posterior, a la que ha caído toda la suciedad eliminada de la parte superior. No sólo hablamos de la dirección que debe llevar la bayeta o trapo, sino que a la hora de limpiar estanterías o muebles de cajones, deberemos hacer lo mismo.
Primero el polvo, luego el resto. Eliminar el polvo será la primera tarea a la hora de meternos en profundidad con la casa. Por ejemplo, podemos poner a funcionar la lavadora y, mientras tanto, proceder a eliminar el polvo en los muebles del salón. Bastará con una bayeta de microfibras húmeda o un plumero 'atrapapolvo'. Tras esto, llegará el momento de aplicar productos especiales allí donde sea necesario, por ejemplo, en los muebles de madera pura.