Conservar los libros en buen estado

1. Importante: Lo fundamental es elegir un lugar idóneo para colocar nuestra librería. Ha de ser en una habitación sin humedad y bien ventilada, tendiendo cuidado de que la luz exterior no incida directamente sobre los libros. Asimismo, debes saber que la calefacción elevada en los meses de invierno puede resecar el papel.

2. Cuidado con el polvo. Es habitual que el polvo se quede a descansar sobre la parte superior de los libros cuando éstos reposan en la estantería. Por eso, aunque suponga un esfuerzo extra, no debemos olvidar pasar el plumero por todos ellos una vez a la semana. Así evitaremos que se deterioren por la penetración del polvo en el papel, especialmente si los libros son antiguos.

3. Lomo deteriorado. Si el lomo ha perdido color o se ha ennegrecido con el paso del tiempo, emplearemos un algodón ligeramente humedecido en alcohol de quemar y amoniaco y procederemos a aplicarlo sobre la superficie del libro.

4. Humedad en las páginas. Este fenómeno suele darse al tener los libros en la estantería son usarlos mucho tiempo. Pese a seguir las medidas adecuadas y no mantener nuestra librería en una habitación poco seca, la humedad siempre acaba haciendo de las suyas.

Para remediarlo, haremos uso de polvos de talco. Lo espolvorearemos sobre las páginas dañas y cerraremos el libro, ejerciendo presión un objeto pesado encima durante 2-3 días. Pasado este tiempo, retiraremos el talco de las páginas con un pequeño cepillo (puede ser uno de dientes que no uses, o un cepillo de uñas).