Hogarología
Descripción:-
Medio en broma medio en serio he elegido este nombre para mis próximos posts en Dialhogar, ¿qué os parece? Suena pretencioso, cierto, pues ¿quién es uno para inventarse una nueva ciencia y enfrentarse a ella en plan bloguero, con articulillos breves, armado solo de nariz doméstica y buen humor? Por eso emplearé el título “Hogarología” de modo desenfadado e informal. Ahora bien, también hay algo serio, y mucho, en esta expresión, que podía cambiarse, si preferís, por “Teoría del hogar”, y es la conveniencia y razón de pensar el hogar en cuanto tal, en toda su complejidad, sin reducirlo a uno sólo de sus muchos componentes: amor conyugal, fraternidad, economía, educación, decoración, gastronomía, limpieza, juego, etc. Se trata de atreverse a mirar todo eso como una unidad orgánica, un cuerpo vivo, aunque se nos escape fácilmente de puro vivo que está.
Algún filósofo me acusará de pedante, diciendo que todo esto ya se supone incluido en lo que ellos llaman “filosofía de la familia”, que es un concepto más llano, comprensible y elemental: ¿para qué andarnos con complicaciones? Pero no está tan claro. Porque hogar es más que familia, mucho más; es ella misma, pero en acción, trabajando y trabajándose, reinventándose todos los días. Y claro, semejante actividad desborda el concepto de familia propiamente dicha (“comunión de personas configurada por el matrimonio y la fecundidad”) para invadir otro terreno muy distinto, el del trabajo. Y no cualquiera, sino el trabajo raíz y arquetipo, el que encierra como en embrión todos los demás. Un trabajo, además, dificilísimo de definir y conceptualizar, pues escapa a las categorías socioeconómicas que se aplican a los demás oficios, y porque es esencialmente camaleónico, es decir, se mimetiza con actividades aparentemente ajenas a lo profesional: juego, fiesta, celebración, hobby… ¡incluso descanso! Sí, las tareas domésticas se
prestan a toda clase espejismos conceptuales. Y más aún en nuestra cultura, que exhibe impúdicamente su analfabetismo doméstico como señal de “modernidad”. Menos mal que la “Hogarología” está ganando adeptos. O al menos eso espero.
prestan a toda clase espejismos conceptuales. Y más aún en nuestra cultura, que exhibe impúdicamente su analfabetismo doméstico como señal de “modernidad”. Menos mal que la “Hogarología” está ganando adeptos. O al menos eso espero.
Enviado por Pablo Pri.